En la noche el 19 de Enero, se va
arremolinando la gente en la plaza de la Constitución de Donosti, esperando que
con la izada de bandera inicien las fiestas grandes de la ciudad. Y en centro,
mirando al balcón y divididos entre tamborreros (tambor) y cocineros/aguadoras
(barriles), se encuentran los grandes protagonistas de estas fiestas: los
participantes de la tamborrada. Estos, al sonar las campanadas que dan paso al
día 20, arrancan a tocar la Marcha de San Sebastián, y ya no se detienen hasta 24 horas después.
¿Y qué pinta esta introducción si
yo estoy en México diréis? Pues porque en el DF hay un centro vasco que cada
año en estas fechas también prepara su versión de la tamborrada, y como no
podía ser de otra forma y aquí un amigo le entra a todo, pues este güerito tuvo
la idea de participar (¿A un lugar con txoko como no me iba a apuntar yo?).
Cabe decir que en este caso se
tocaron 8 composiciones dos veces. La primera exclusivamente los participantes
(rigurosamente disfrazados de cocineros), seguida de una segunda vuelta en la
que todos los comensales –baquetas/palillos en mano, gorro de cocinero en la
cabeza- acompañan llevando a otro nivel el concepto de cena que normalmente se
disfruta cada semana aquí.
Ahí os dejo alguna foto tanto del
entrenamiento como de la gran noche, y con esta breve entrada (propiciada por
las preguntas de ver fotos mías en tan curiosa pose) a ver si voy reviviendo poco
a poco el Puro Albur, que ya hacía un tiempecito que no caía entrada nueva.
Hasta la próxima, que uno se
despide al son de los palillos sobre el tambor.
Agur! (Hasta luego!)