lunes, 9 de abril de 2012

Baja California Sur


“La Baja” (nombre con que se denomina la Baja California) es uno de esos lugares perfectos para lanzarse a un “road trip”, recorriéndola en toda su longitud entre desiertos, sierras, mares y océanos, parando a descansar en increíbles pueblos y ciudades. Lástima que para eso haga falta tanto tiempo (de 2 a 3 semanas), pues disponiendo solamente de los días festivos de la Semana Santa (también conocidos como “Spring Break”), me tocó acotar mucho el viaje a La Paz y los Cabos.

Para poder entender de dónde viene el nombre de “Califonia” debemos tener en cuenta tres factores:

El primero consiste en que pese a que se atribuye el descubrimiento a Hernán Cortes, fue un subalterno suyo (Fortún Jiménez) quién -a bordo de una expedición encargada por el primero- pisó por vez primera dicha península, creyéndola una isla.

El propio Cortés capitaneó la siguiente expedición, que el 3 de Mayo de 1535 desembarcó en la bahía de lo que hoy es La Paz, intentando infructuosamente establecer una colonia, impedida primero por las dificultades de abastecimiento y finalmente por mandato directo del virreinato.

Y finalmente, se toma como versión más plausible que el nombre de California provenga de la novela “Las Sergas de Esplandián” de Garci Rodríguez de Montalvo. En dicha novela, que contó con gran popularidad en la época, se menciona una isla de fantasía con dicho nombre, y es por ese carácter fantasioso y una gran carga de recochineo y enemistad con Cortés, que se empezó a llamar así a las tempranamente abandonadas tierras recién descubiertas, en clara alusión al fracaso de Hernán Cortés.

La Paz, base del viaje y capital de Baja California Sur, es una ciudad que crece en torno a su malecón, principal punto turístico de la ciudad. Zona especialmente reputada por sus mariscos, ofrece en restaurantes como “El Bismark-cito” o “el Moyeyo’s” citas ineludibles con los tacos y cockteles de marlin, camarón, pulpo o mantarraya, disfrutando de una helada cerveza “Pacífico”.

De gran belleza son también sus playas, como la del Coromuel o la de Balandra, con el famoso hongo o copa de la Balandra: una formación rocosa de aproximadamente 3 metros de alto, y que se estrecha en su base hasta los 40 cm en un fascinante ejercicio de equilibrio que han provocado siglos de erosión del mar. En las playas de aquí se recomienda siempre tener la precaución de andar arrastrando los pies, evitando así pisar alguna de las numerosas mantarrayas que se esconden en la arena.

Para bajar a los Cabos de San Lucas desde La Paz se pueden tomar dos rutas: la nueva y la antigua. Por la nueva se pasa a mitad de camino por “Todos Santos” el pueblo en que se encuentra el Hotel que The Eagles puso en el mapa con su canción “Hotel California” y que se hacía eco de una antigua leyenda. Por la carretera antigua se pasa por varios pueblos costeros como Los Barriles o varios de los Cabos, entre los que destacan el de San Jorge y San Lucas. Pero lo más impresionante por ambas rutas son los paisajes donde se entremezcla el desierto y sus cactus en flor, con la costa del Pacífico (si vas por la vía nueva) o del Mar de Cortés. Parajes tan impresionantes como rudos y hermosos.


Los Cabos es uno de los destinos turísticos más típicos de México, ya que gracias sus parajes y eventos naturales, han hecho que este tramo de 32 km que cubre desde San José del Cabo (cabecera municipal) hasta Cabo de San Lucas (ciudad más importante) se pueble de lujosos hoteles.

De esos parajes naturales, destaca el famoso Arco, lugar donde se unen el Mar de Cortés con el Océano Pacífico. Envuelto en este grupo de formaciones rocosas que se disgregan de la tierra mar adentro, podemos encontrar también las playas hermanas del matrimonio y el divorcio (nombradas de tal forma en función del agua en que se bañan, ya sea el movido Pacífico o el más tranquilo mar del Golfo). Todo esta zona se encuentra poblada por una rica fauna marina que incluye leones marinos y -poco después del invierno- las famosas ballenas que se acercan a esta costa desde Alaska a aparearse y dar a luz (ya por Semana Santa son pocas las que quedan y metidas muy mar adentro).

Pero a falta de ballenas, en pleno “Spring Break” los Cabos se llenan de estadounidenses (aka gringos) deseosos –sobre todo los más jóvenes- de desfasar a golpe de “yardas de alcohol” en antros como el Squid Roe o Cabo Wabo. Toda una experiencia que si embargo no tengo mucha prisa en repetir.

Con esto se cierra una nueva oportunidad de seguir conociendo esta extensa, variada e impresionante República de México. Me quedo con ganas de poder hacer este Road Trip como se merece, dedicándole el tiempo y los kilómetros suficientes, pero eso ya será en otra ocasión. Con esto se despide este güerito, hasta la próxima!.