martes, 14 de junio de 2011

Esta vez... ¿¿¿En Miami Beach???

Pues sí, esta entrada del Puro Albur Güerito no se desarrolla en el DF, si no que ni más ni menos en la soleada South Beach! . Cosas del trabajo… porque por trabajo es por lo que acabé allí al ser donde se encuentra la sede central de la empresa en la que estoy trabajando.

Dentro de Miami Beach hay una calle comercial muy conocida que cruza la isla de Este a Oeste llamada “Lincoln Road” (y que pese a su nombre es peatonal). En el extremo este, pegado a South Beach, era donde tenía el hotel, y caminando 10 minutos por esa calle llegaba a la oficina. Un paseo muy agradable entre los policías en bici (existen, no son cosa sólo de las series!) y las chicas guapas (por suerte mucho más de lo segundo que de lo primero). En las inmediaciones de la oficina se encontraban los recientemente acabados auditorio de Gehry (New World Centre) o el 1111 Lincoln Rd, un parking diseñado por Herzog & De Meuron que ha costado la friolera de 4 M$ y donde se van ubicando tiendas poco a poco o se organizan fiestas.

Tras el trabajo había tiempo para darse unos largos en la piscina para quemar las french toast del desayuno, correr por la playa sobre la arena apisonada para bajar la hamburguesa de la comida, o para dar un paseo por las calles disfrutando de la mayor muestra de arquitectua Art Decó del planeta (haciendo sitio para la cena). Como podéis comprobar un viaje gastronómicamente pantagruélico!

En South Beach el barrio Art Decó es considerado una joya histórica de los Estados Unidos por ser el único del país y el mayor del mundo con unas 1200 edificaciones de este estilo. Especialmente llamativo de noche cuando saca a gala sus llamativos carteles y letreros de neón, para comprender el significado de este distrito tan peculiar hay que remontarse a los años 30, el periodo de entreguerras, cuando el Art Decó hacía furor en el mundo.

Este enclave nació gracias a un puñado de arquitectos deseosos de contribuir con sus creaciones coloristas, espaciales y sofisticadas al urbanismo moderno de la época, concebido como una fantasía del diseño industrial. Pese a la gran variedad de diseños, la tipología de los edificios y hoteles no suele nunca sobrepasar de 2-3 alturas frente al paseo marítimo, confiriendo al conjunto de una escala muy agradable y cercana. La excepción son los grandes hoteles como el Delano, que agrupados en torno a Collins Avenue, ofrecen de forma escalonada y ocupando toda la semana unas fiestas increíbles con sus lobbys y jardines como escenario.

El rescate del distrito Decó de Miami Beach en 1988 se ha convertido en motivo de orgullo y ejemplo en el resto del mundo. Mientras los principales edificios Decó de Londres, Seattle, Ámsterdam o Sydney desaparecían, Miami ganaba su batalla contra la despiadada especulación inmobiliaria.

Alejándome un poco del tema más arquitectónico, he de reconocer que el hecho de que mi visita haya coincidido con la final de los playoff de la NBA, dónde los Miami Heat competían contra Dallas Mavericks, también ha contribuido a animar las noches (y eso pese a que los partidos se jugaban a esa altura de la serie en Dallas). Ya de vuelta en el DF pude ver como finalmente los Mavericks se llevaban el anillo.

Obviamente todo esto gracias a la ayuda, consejo y compañía de los compañeros de chamba asentados en Miami, a los cuales en su mayoría sólo conocía por teléfono. Desde aquí un saludo, y con la promesa de una botella de tequila para ir recuperando ritmo chilango, me despido!