lunes, 18 de abril de 2011

Luchando entre el granizo!

Hoy entrada breve que la semana santa está a la vuelta de la esquina y esa seguramente se merezca un poco de más ímpetu.



El viernes por fin pude asistir a uno de esos grandes clásicos de México: las luchas!!! Deporte sólo superado en popularidad por el fútbol, su puesta en escena es similar a otros tipos de lucha libre en todo el mundo, y se caracteriza por su estilo de llaveo a ras de lona, pero sobre todo por el aéreo. Con la excepción Hulk Hogan, creo que ya no queda nadie por descubrir que la lucha libre... es mentira! (así, con la boca pequeña) O dicho de forma más suave, con un alto componente teatral. Pero la gente aparca a un lado ese pensamiento al entrar y se deja llevar, siendo un caso especialmente peculiar el de las primeras filas, que tienen el “aliciente” de poderse llevar un señor susto cuando un luchador te cae encima tras una arriesgada acrobacia.

Otro de los grandes atractivos de la lucha libre de aquí son las máscaras, con un estilo muy caracteristico y que en si mismo tiene una liturgia y tradición que se traslada a la lona: hay muchos luchadores que son enmascarados y que pueden poner en juego su identidad al enfrentarse a su contrincante, dándose el caso de que si la pierden no la pueden volver a llevar en toda su carrera. Visto el espectáculo en directo, aún me resulta más divertida y mordaz aquella escena de la película de Hitoshi Matsumoto.


Aquí los luchadores se dividen en 2 secciones: "los técnicos" y "los rudos", siendo los primeros de ascendente más noble y los segundos de origen más popular. Huelga decir que dónde uno mejor se lo pasa y donde más jarana hay es en el segundo grupo. Nosotros después de un rato en una zona más tranquila, decidimos pasar a la tribuna de “los rudos”, con una curiosa mezcla de picaresca y machismo, todo al servicio de las lenguas con más picante y humor que he visto en ningún tipo de espectáculo.


Si el viernes la cosa iba de lonas, el sábado la tensión se trasladó al césped, y es que todo el planeta está alterado por la sucesión de partidos que casi a modo de play-off enfrentarán al Madrid y al Barça 4 veces en 21 días. Y México D.F., ciudad tiene su propia reproducción de la Cibeles, no podía ser menos (inaugurada en 1980 y donada por la comunidad de residentes españoles en México). Y es que en esta Cibeles no hace mucho la gente se agolpó para celebrar la victoria de España en el mundial.

Del partido poco que añadir a excepción de buscar si saco un rato para ver por lo menos la segunda parte este miércoles. El primero lo vi con unos amigos en un bar, y se dio la casualidad de que uno de ellos había vivido varios años en Barcelona y de ahí se trajo la costumbre de la sobremesa con ese licor de endrinas tan rico… Costumbre con la que no pude más que hermanarme!

Después y de camino a una fiesta, tuvo lugar un fenómeno bastante curioso: granizó en el D.F. en pleno mes de Abril. Y la sensación por la forma de caer era de que el fin del mundo se aproximaba: qué manera de jarrear!!! Os dejo una foto para que juzguéis por el tamaño si era granizo o primos de nuestros ya olvidados “aerolitos”.

Después fui a una fiesta de cumpleaños que contó entre sus momentos más divertidos cuando un amigo de la homenajeada trajo su guitarra y empezó a cantar en petit comité canciones de tono humorístico, como alguna de Javier Krahe, “Amo a Laura” o ésta que incluyo del cuarteto de Nos. Un autentico Crack!



Espero que paséis todos una buena semana santa, nos vemos a la vuelta.

P.D. Hoy hace un mes que llegué a México.

miércoles, 13 de abril de 2011

San Juan y San Ángel

Este fin de semana pareció moverse entre santos, ya que visité dos sitios llamados “de San Juan” y de “San Ángel”.

El primero es un mercado situado en el casco histórico de la ciudad y se encuentra entre los más antiguos, posiblemente el de productos de mayor calidad y por qué no decirlo, los productos más exóticos. Centro de actividad en la época prehispánica, durante el virreinato sobrevivió como uno de los pocos “tianguis” cercanos a la gran Tenochtitlan. Su estructura y emplazamiento actual cuentan con poco más de cincuenta años de antigüedad, y se ha convertido en el centro de la comunidad gourmet de México por la gran variedad y calidad de los productos que ofrece, ya que se puede encontrar un amplio abanico de productos que van desde los más básicos del día a día hacia lo mas exótico y selecto (siempre con calidades superiores, tal y como rezan los carteles).


Entre los productos más curiosos que se pueden encontrar hay carnes de armadillo, iguana o león, pescados como la mantarraya o tenazas de cangrejo moro. Pero estos exotismos, aunque muy llamativos y de gran tirón turístico, no son lo que yo destacaría del mercado tanto como la elevada calidad general de todos sus productos. En los avisos para navegantes se incluye lo que los que gustamos de comprar y comer bien ya sabemos: que lo bueno se paga. Pero en el fondo y considerada la calidad de algunos productos (y las referencias que yo traía de este tipo de productos de España) no me pareció en absoluto caro, aunque también es cierto que comparado con otros mercados los precios sí pueden ser bastante superiores. A mi además y supongo que movido en parte por la morriña, otra de las cosas que más me llamó la atención fue pasear por pasillos llenos de chorizos, jamones y paelleras, hasta tal punto que para cuando quise darme cuenta me estaba zampando una tapa de chorizo de Pamplona con queso y aceitito!.


Puestos a comparar, en la variedad sobre todo de frutas, verduras y pescados, me recordó a la Boquería, ese GRAN MERCADO (en mayúsculas) situado en Barcelona. Aunque he de decir que le falta esa presentación final que los catalanes han sabido dar al conjunto y que hace que además de ser un mercado de altísima calidad, sea también una preciosidad que merece la pena visitar como un punto turístico aunque no seas como yo un amante del gran producto. Otra similitud es la de que se pueden consumir los productos expuestos de una forma habitual, nosotros por ejemplo tomamos un excelente ceviche, unas ostras y almejas y para rematar un sashimi exquisito (aunque con una ligera marinada de soja y limón).

También aproveché para comprar unos lenguados para preparar “a la meuniere” (que esa misma noche cayeron) y un cargamento de fruta para el desayuno diario, consistente en higos, mangos amarillos, peras chinas y manzanas. Así como unos frutos secos para tan pronto compre unos moldes, hacer la tarta de zanahoria para un cumpleaños.


Tras tan imponente “Brunch”, y después de dejar las compras en casa, salimos hacia el barrio de San Ángel. Situado en el suroeste del DF y muy cerca de Coyoacán, San Ángel se asentó en uno de los conventos carmelitas más importantes de la Nueva España del siglo XVII, zona que regada por el rico río Magdalena favorecía el exuberante crecimiento de frutales y otras cosechas, y con él la fundación del pueblo de San Ángel. Las naves de aquel convento son a día de hoy un museo.

Los rasgos principales de la zona son las calles angostas y empedradas con casas de tipo colonial pintadas con colores vivos, y sobre todo los puestecillos de arte que se reparten a lo largo de las mismas y se concentran en los parques, fomentando una gran actividad cultural con la exposición de arte nacional e internacional, que llega a su punto álgido los sábados en el bazar y comercios de los alrededores. La oferta gastronómica es también amplia y reconocida, especialmente por sus quesadillas y platillos autóctonos.

La zona se me antojó ideal para hacer un buen regalo, ya que abarca una oferta que va desde artesanía más básica hasta cosas más depuradas y especiales, pasando por diversos registros tanto en la onda artística como en la ejecución material de las obras. O para pasar la tarde del sábado dando una vuelta, como fue el agradable caso.

El domingo aproveché que los museos son gratuitos para visitar el “Rufino Tamayo”, que es el primer museo que conozco que dedicado a un artista en concreto, no expone ninguna obra suya. Si bien es cierto que hay en remodelación 2 salas que para finales de año abrirán y donde previsiblemente ya se expondrán estas obras, el asunto no deja de ser llamativo ¿no creéis? Así que tuve que conformarme con una amena exposición temporal y colaborar en otra bastante simpática en la que pedían a los participantes acercarse para tomarles la medida (de altura) en una gran sala donde quedaba marcada con rotulador, así que ahí dejé mi “elevada” impronta. A la tarde tocó visita a Coyoacán a comer en la inauguración del negocio de un amigo y luego visita tranquila por la zona, donde entre otras cosas se encuentra la “casa azul”, residencia de Frida Khalo. Pero eso lo reservo para otra entrada, que como ya viene siendo costumbre esta ha quedado hermosa.

Para despedirme, sólo recordaros que pulsando en las imagenes podéis verlas ampliadas.

lunes, 4 de abril de 2011

Visita Museo Antropológico


Ayer, aprovechando el cambio de hora (aquí en México ha sido una semana después que en Europa), he ido a dar un paseo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. El INAH abarca desde las primeras edades del hombre en la tierra, hasta las culturas actuales, pero sobre todo basa su núcleo en las culturas locales prehispánicas: la azteca y la maya.

Los domingos son los días en que los museos abren al público de forma gratuita. Muchos de ellos se encuentran en el bosque de Chapultepec, que en estos días está precioso por el florecimiento de la Jacaranda, un árbol típico de aquí con unas flores moradas que han empezado a tapizar los suelos de la ciudad. Chapultepec se encuentra a unos 5 minutos andando desde mi casa y los domingos se encuentra lleno no sólo por los museos, el lago o el zoológico; si no también por la gran cantidad de puestecillos que montan en los principales caminos, y que venden desde comida y bebida “take away” a todo tipo de productos. Ya cerca del INAH pude presenciar “la danza de los voladores”, que tras la llegada de los españoles pasó a denominarse “juego” para poder seguirse realizando sin miedo a las represalias, pero en realidad era un ritual religioso con complejos significados cósmicos, calendáricos y astrales.

El museo se organiza en torno a un gran patio central donde se encuentra el “paraguas”, que es una gran cubierta sustentada en su punto central por un único pilar labrado en piedra verde alrededor del cual se precipita una cascada de agua y luz. Alrededor del museo hay zonas arboladas que prestan apoyo a las salas, ya que allí se exponen reproducciones a tamaño real o escala de recintos o templos. El recorrido sugerido comienza en los albores de la humanidad, centrándose especialmente en la zona conocida como Mesoamérica que incluye geográficamente lo que hoy en día es México, y recorre la planta baja avanzando en el tiempo abarcando todo el periodo prehispánico. La primera y última planta expone de forma más somera la cultura actual de las distintas localidades, ya que en realidad hay más museos enfocados a esa parte.

Una vez dentro de las salas, y ya que os podéis imaginar la magnitud de lo ahí expuesto, me centraré en tres salas que se corresponden a Teotihuacán, los Mexicas o Aztecas, y por último los Mayas.

Teotihuacan significa “Lugar donde fueron hechos los dioses”, y es un nombre que le fue dado por los mexicas, ya que se desconoce como lo llamaban sus habitantes originarios antes de desaparecer. Su punto álgido arranco en los años 100-200 d.C. y su decadencia se inicia en el 650. Estructurada en torno a 2 ejes axiales, destaca el eje Norte-Sur conocido como la calzada de los muertos. Pese a que durante su decadencia se destruyó gran parte de la ciudad, a nuestros días han llegado los elementos más importantes en parte debido al gran culto que se le rindió a la zona a través de toda su historia.

Entre estos elementos principales, destacaría 3 pirámides: la del Sol, la Luna, la de la serpiente emplumada o “Quetzalcóatl”. Para entender su historia, es también conveniente conocer su leyenda que explica que fue aquí donde el Sol y la Luna empezaron a ser dioses y se elevaron hacia el cielo, como testimonian las 2 pirámides que les consagraron. De las primeras pirámides destaca su monumentalidad (sobre todo de la primera), pero de la tercera lo más impresionante es la laboriosidad y profusión de las esculturas que la adornan. En el museo se puede ver una reproducción que recupera el que se supone que fue su cromatismo original, que al igual en las ruinas griegas, se ha perdido por completo en los monumentos originales.

Teotihuacan a día de hoy sigue siendo uno de los principales monumentos de visita y se encuentra a unos 50 km del DF, por lo que algún día no muy lejano espero poder ir en persona, ya que desde la visita al museo ando con los dientes largos. Así mismo, el día más importante es el equinoccio de primavera (21 de Marzo), en el que la gente acude a la ciudad a recargar energías y ser purificado.


Para no alargarme mucho más, ya que me está quedando una entrada bien hermosa, incidiré en que el Mexica es el pueblo que se ubicó en la cuenca de México en 1325 en los islotes de Tenochtitlan (en honor a Tenoch, el emperador que los llevó allí), momento en el que se desarrolla la famosa profecía de la imagen del aguila devorando una serpiente sobre un nopal. Los Mexica son más conocidos por nosotros como el pueblo Azteca, y rindieron fuerte devoción a la zona de Teotihuacan, declarándose sus herederos.

La piedra del Sol es uno de los monolitos más antiguos que se conserva de su cultura, y se encontró en el Zócalo (plaza principal en elcentro del casco histórico del DF) donde debió ser enterrado al consumarse la conquista de México. Resumen de la completa cosmogonía mexica, muestra el rostro de Xiuhtecuhtla quien emerge del agujero de la tierra sujetando un par de corazones humanos. Debió de ser utilizado con el proposito de sustentar la lucha de los guerreros en la ceremonia del Tlacaxipehualiztli. Injustificadamente se le llama calendario Azteca.


La Maya es la otra gran cultura que convivió en lo que se conoce como periodo clásico con los Mexica, pero a diferencia de estos se extendió por otros países como Guatemala, Honduras o El Salvador, durante un periodo de unos 3000 años. Son muy conocidas las reminiscencias de sus ciudades por formar parte del típico pack turístico que lo une a las playas de Cancún en el llamado “destino de la Riviera Maya”, de las que destacan las ciudades de Tikal o Quiriguá, o el centro religioso de Cancuén.

Espero que no me tengáis en cuenta que profundice tan poco en el pueblo Maya y Mexica, pero me parece que sería una labor muy bestia para abordarla aquí y por ello sólo me remito levemente a lo que pude ver en el INAH, ya habrá tiempo si tal y como pretendo puedo ir visitando algunas de las localizaciones, y de ir ampliando la información,ya con datos sobre el terreno. (Por cierto, recordad que clickando sobre las imagenes se abrirán en una nueva ventana con mayor tamaño)

Para concluir, qué mejor que una cervecita en la cafetería del museo mientras leía algún panfleto que había compradode estos 3 temas, y recuperaba fuerzas para ver la primera planta y la exposición temporal, que reproducía infográficamente los grandes y más majestuosos asentamientos y ciudades de la época clásica en mesoamérica.