El viernes por fin pude asistir a uno de esos grandes clásicos de México: las luchas!!! Deporte sólo superado en popularidad por el fútbol, su puesta en escena es similar a otros tipos de lucha libre en todo el mundo, y se caracteriza por su estilo de llaveo a ras de lona, pero sobre todo por el aéreo. Con la excepción Hulk Hogan, creo que ya no queda nadie por descubrir que la lucha libre... es mentira! (así, con la boca pequeña) O dicho de forma más suave, con un alto componente teatral. Pero la gente aparca a un lado ese pensamiento al entrar y se deja llevar, siendo un caso especialmente peculiar el de las primeras filas, que tienen el “aliciente” de poderse llevar un señor susto cuando un luchador te cae encima tras una arriesgada acrobacia.
Otro de los grandes atractivos de la lucha libre de aquí son las máscaras, con un estilo muy caracteristico y que en si mismo tiene una liturgia y tradición que se traslada a la lona: hay muchos luchadores que son enmascarados y que pueden poner en juego su identidad al enfrentarse a su contrincante, dándose el caso de que si la pierden no la pueden volver a llevar en toda su carrera. Visto el espectáculo en directo, aún me resulta más divertida y mordaz aquella escena de la película de Hitoshi Matsumoto.
Aquí los luchadores se dividen en 2 secciones: "los técnicos" y "los rudos", siendo los primeros de ascendente más noble y los segundos de origen más popular. Huelga decir que dónde uno mejor se lo pasa y donde más jarana hay es en el segundo grupo. Nosotros después de un rato en una zona más tranquila, decidimos pasar a la tribuna de “los rudos”, con una curiosa mezcla de picaresca y machismo, todo al servicio de las lenguas con más picante y humor que he visto en ningún tipo de espectáculo.
Si el viernes la cosa iba de lonas, el sábado la tensión se trasladó al césped, y es que todo el planeta está alterado por la sucesión de partidos que casi a modo de play-off enfrentarán al Madrid y al Barça 4 veces en 21 días. Y México D.F., ciudad tiene su propia reproducción de la Cibeles, no podía ser menos (inaugurada en 1980 y donada por la comunidad de residentes españoles en México). Y es que en esta Cibeles no hace mucho la gente se agolpó para celebrar la victoria de España en el mundial.
Del partido poco que añadir a excepción de buscar si saco un rato para ver por lo menos la segunda parte este miércoles. El primero lo vi con unos amigos en un bar, y se dio la casualidad de que uno de ellos había vivido varios años en Barcelona y de ahí se trajo la costumbre de la sobremesa con ese licor de endrinas tan rico… Costumbre con la que no pude más que hermanarme!
Después y de camino a una fiesta, tuvo lugar un fenómeno bastante curioso: granizó en el D.F. en pleno mes de Abril. Y la sensación por la forma de caer era de que el fin del mundo se aproximaba: qué manera de jarrear!!! Os dejo una foto para que juzguéis por el tamaño si era granizo o primos de nuestros ya olvidados “aerolitos”.
Después fui a una fiesta de cumpleaños que contó entre sus momentos más divertidos cuando un amigo de la homenajeada trajo su guitarra y empezó a cantar en petit comité canciones de tono humorístico, como alguna de Javier Krahe, “Amo a Laura” o ésta que incluyo del cuarteto de Nos. Un autentico Crack!
Espero que paséis todos una buena semana santa, nos vemos a la vuelta.
P.D. Hoy hace un mes que llegué a México.